La corrosión es un proceso natural que afecta a diversos materiales metálicos a lo largo del tiempo. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la corrosión, cómo afecta a los metales, los tipos de corrosión que existen y si presenta algún aspecto positivo.
1. ¿Qué es la corrosión?
La corrosión es un proceso electroquímico en el que los metales reaccionan con su entorno, especialmente con agentes corrosivos como el oxígeno y la humedad. Esta reacción conduce a la degradación gradual del metal, lo que resulta en la pérdida de sus propiedades originales y, en última instancia, en la falla de la estructura o el objeto metálico.
2. ¿Cómo afecta la corrosión a los metales?
La corrosión afecta negativamente a los metales de varias maneras. En primer lugar, debilita la estructura del metal, reduciendo su resistencia y durabilidad. Esto puede llevar a la fractura y la pérdida de integridad estructural en aplicaciones críticas.
Además, la corrosión puede causar la formación de capas no deseadas, como el óxido en el caso del hierro, que puede desfigurar la apariencia de los objetos metálicos y afectar su funcionalidad.
2.1. Tipos de corrosión
2.1.1. Corrosión Química
La corrosión química es un grupo de tipos de corrosión donde las reacciones químicas, sin la participación directa de corrientes eléctricas, son la causa principal de degradación. Incluye los siguientes tipos:
2.1.1.1. Corrosión Roja
La corrosión roja es un tipo de degradación que afecta principalmente a metales como el hierro y el acero. Se caracteriza por la formación de óxido de hierro (Fe2O3) en la superficie del metal, lo que le da un color rojizo o anaranjado. Este proceso suele estar relacionado con la exposición del metal al oxígeno y la humedad, lo que desencadena la reacción química que conduce a la corrosión.
Este tipo de corrosión es más común en ambientes húmedos y corrosivos, como áreas costeras con alta salinidad o lugares con alta concentración de contaminantes atmosféricos. Puede convertirse en un problema en la industria de la construcción, la marina, la automoción y cualquier aplicación donde se utilicen metales ferrosos.
La corrosión roja puede debilitar estructuras metálicas y causar pérdida de integridad, lo que puede tener consecuencias graves en términos de seguridad y durabilidad. La velocidad de expansión de la corrosión roja depende de factores como la humedad, la temperatura y la calidad del metal, pero puede avanzar gradualmente con el tiempo.
2.1.1.2. Corrosión Blanca
La corrosión blanca es un tipo de degradación que suele afectar a metales, como el zinc y sus aleaciones. Se caracteriza por la formación de compuestos blancos en la superficie del metal, resultado de reacciones químicas con ácidos fuertes o bases. A menudo, la corrosión blanca es un problema en aplicaciones donde se utilizan materiales con alto contenido de zinc.
Este tipo de corrosión suele ocurrir en ambientes donde hay exposición a ácidos fuertes o bases, como en instalaciones industriales con procesos químicos corrosivos. La industria química, las plantas de procesamiento y las instalaciones industriales con exposición a productos químicos agresivos son lugares donde la corrosión blanca puede ser un problema.
La corrosión blanca puede debilitar la estructura del metal y causar pérdida de integridad, lo que puede afectar negativamente a la funcionalidad y durabilidad. La velocidad de expansión de la corrosión blanca depende de la concentración y la agresividad de los productos químicos presentes en el ambiente.
2.1.1.3. Corrosión Ácida
La corrosión ácida ocurre en presencia de ácidos corrosivos, como ácido sulfúrico o clorhídrico. Se encuentra en la industria química y en aplicaciones donde se manejan ácidos fuertes. Esta corrosión puede causar daño severo y rápida degradación de los metales. La velocidad de expansión depende de la concentración y la temperatura del ácido. Se previene utilizando materiales resistentes a ácidos y controlando las condiciones del proceso, y se mide mediante análisis químicos y seguimiento de la corrosión.
2.1.1.4. Corrosión Alcalina
La corrosión alcalina es un proceso químico por el cual los materiales, especialmente metales, se degradan y deterioran debido a la reacción con soluciones alcalinas o bases. Este tipo de corrosión ocurre cuando los metales están en contacto con sustancias que tienen un pH alto, es decir, superiores a 7, como puede ser el caso de soluciones de hidróxido de sodio o de potasio.
Los efectos de la corrosión alcalina incluyen la pérdida de material metálico, la formación de productos de corrosión en la superficie del metal, y en casos severos, puede comprometer la integridad estructural del material afectado. Esto es particularmente crítico en industrias donde los metales están en constante exposición a sustancias alcalinas, como en el procesamiento químico, la limpieza industrial, y en ciertas aplicaciones de construcción.
2.1.2. Corrosión por Esfuerzo
La corrosión por esfuerzo es una categoría que agrupa tipos de corrosión que afectan a metales bajo tensiones mecánicas. Incluye los siguientes tipos:
2.1.2.1. Corrosión Bajo Tensión
La corrosión bajo tensión es una forma de corrosión que ocurre en metales sometidos a tensiones mecánicas en ambientes corrosivos. Puede encontrarse en aplicaciones donde los metales están sujetos a cargas constantes y en ambientes corrosivos, como la industria química y la construcción. Esta corrosión puede causar fallas catastróficas en las estructuras metálicas. La velocidad de expansión depende de la tensión aplicada y la concentración de corrosivos. Se previene utilizando materiales resistentes y eliminando las tensiones mecánicas, y se mide mediante técnicas de inspección y análisis metalográfico.
2.1.2.2. Corrosión por Fatiga
La corrosión por fatiga es una forma de corrosión que ocurre en metales bajo ciclos repetitivos de carga y descarga, especialmente en presencia de corrosivos. Puede encontrarse en aplicaciones donde las estructuras metálicas están sujetas a tensiones cíclicas, como puentes y aeronaves. Esta corrosión puede causar fracturas inesperadas y fallos estructurales. La velocidad de expansión depende de la frecuencia de carga y la concentración de corrosivos. Se previene mediante la eliminación de tensiones cíclicas y la selección de materiales resistentes, y se mide mediante técnicas de inspección y análisis metalográfico.
2.1.3. Corrosión Microbiológica
La corrosión microbiológica se refiere a la corrosión inducida por microorganismos, como bacterias y hongos. Puede encontrarse en sistemas de tuberías, tanques y estructuras sumergidas en agua o suelos húmedos. Esta corrosión puede causar daños significativos y es un problema común en la industria del petróleo y el gas. La velocidad de expansión depende de la actividad microbiológica y las condiciones ambientales. Se previene mediante la desinfección y el control de la microbiología, y se mide mediante técnicas microbiológicas y análisis químicos.
2.1.4. Corrosión por Alta Temperatura
La corrosión por alta temperatura se refiere a la degradación de metales debida a la exposición prolongada a altas temperaturas. Incluye los siguientes tipos:
2.1.4.1. Corrosión por Oxidación
La corrosión por oxidación ocurre cuando los metales reaccionan con oxígeno a altas temperaturas, formando óxidos en la superficie. Se encuentra en aplicaciones como calderas, hornos y motores de combustión. Esta corrosión puede debilitar los metales y reducir su vida útil. La velocidad de expansión depende de la temperatura y la concentración de oxígeno. Se previene mediante la protección con recubrimientos y aleaciones resistentes, y se mide mediante inspección visual y análisis químicos.
2.1.4.2. Carburación
La carburación es un proceso en el que los metales absorben carbono a altas temperaturas, formando carburos en la superficie. Se encuentra en aplicaciones como la industria metalúrgica y la fabricación de piezas a alta temperatura. Esta corrosión puede aumentar la fragilidad de los metales. La velocidad de expansión depende de la temperatura y la concentración de carbono. Se previene mediante la limitación de la exposición al carbono y el uso de aleaciones resistentes, y se mide mediante análisis químicos y seguimiento de la fragilidad.
2.1.5. Corrosión Selectiva
La corrosión selectiva es un grupo de tipos de corrosión que afectan selectivamente ciertas áreas de un metal. Incluye los siguientes tipos:
2.1.5.1. Corrosión Intergranular
La corrosión intergranular ocurre en los límites de grano de un metal, donde los átomos son más vulnerables a la degradación. Se encuentra en aplicaciones donde los metales están expuestos a ambientes corrosivos. Esta corrosión puede debilitar las estructuras metálicas desde el interior. La velocidad de expansión depende de la composición del metal y el ambiente. Se previene mediante el uso de aleaciones resistentes y técnicas de protección, y se mide mediante análisis metalográfico y técnicas de inspección.
2.1.5.2 Corrosión Transgranular
La corrosión transgranular afecta directamente los granos de un metal, erosionando su estructura cristalina. Puede encontrarse en aplicaciones donde los metales están expuestos a ambientes corrosivos. Esta corrosión puede debilitar los metales y reducir su vida útil. La velocidad de expansión depende de la composición del metal y el ambiente. Se previene mediante el uso de aleaciones resistentes y técnicas de protección, y se mide mediante análisis metalográfico y técnicas de inspección.
2.1.6. Corrosión Uniforme
La corrosión uniforme es un tipo de corrosión que puede ocurrir en una amplia variedad de ambientes, desde la exposición al aire hasta medios acuosos. Es común en la mayoría de las industrias donde se utilizan metales, como la construcción, la industria automotriz y la manufactura. Esta corrosión provoca una pérdida generalizada de material y debilita las estructuras metálicas con el tiempo. La velocidad de expansión de la corrosión uniforme depende de factores ambientales y la composición del metal, siendo generalmente constante. Se previene mediante recubrimientos protectores y aleaciones resistentes, y se mide mediante técnicas de pérdida de peso y seguimiento de la tasa de corrosión.
2.1.7. Corrosión Galvánica
La corrosión galvánica se produce cuando dos metales diferentes están en contacto eléctrico y en un ambiente conductivo, como la exposición al agua salina. Es común en aplicaciones marítimas, sistemas de fontanería y estructuras con uniones de diferentes metales. Esta corrosión puede causar daños graves en uno de los metales, mientras protege al otro, lo que puede llevar a una rápida degradación de uno de los metales. La velocidad de expansión depende de la diferencia de potencial entre los metales y la conductividad del medio, lo que puede variar ampliamente. Se previene utilizando materiales compatibles o separando los metales con aislantes, y se mide mediante inspección visual y técnicas electroquímicas.
2.1.8. Corrosión por Celdas de Concentración
La corrosión por celdas de concentración ocurre en áreas con diferencias de concentración de especies corrosivas, como en entornos con evaporación de líquidos. Puede encontrarse en aplicaciones marinas, plantas de tratamiento de aguas y sistemas de enfriamiento. Esta corrosión puede causar desgaste localizado y daño en áreas con mayor concentración. La velocidad de expansión varía según las diferencias de concentración y la geometría del metal. Se previene controlando las concentraciones y evitando estancamientos de líquidos, y se mide mediante técnicas electroquímicas y análisis químicos.
2.1.9. Corrosión Mecánica
La corrosión mecánica es una categoría que agrupa tipos de corrosión relacionados con procesos mecánicos o de desgaste. Incluye los siguientes tipos:
2.1.9.1. Corrosión Erosiva
La corrosión erosiva es una forma de corrosión que ocurre debido a la erosión física de la superficie del metal por partículas en movimiento. Puede encontrarse en sistemas de tuberías, bombas y equipos de procesamiento. Esta corrosión puede causar desgaste acelerado y pérdida de material. La velocidad de expansión depende de la velocidad y la abrasividad de las partículas. Se previene mediante el uso de materiales resistentes y técnicas de diseño adecuadas, y se mide mediante técnicas de inspección y análisis de desgaste.
2.1.9.2. Erosión-Corrosión
La erosión-corrosión es una combinación de erosión física y corrosión química que ocurre en ambientes con flujo de líquidos corrosivos. Puede encontrarse en sistemas de tuberías, válvulas y equipos expuestos a líquidos corrosivos a alta velocidad.
La corrosión alcalina ocurre en presencia de bases corrosivas, como hidróxido de sodio o potasio. Se encuentra en la industria química y en procesos de limpieza con bases fuertes. Esta corrosión puede causar daños en metales, especialmente en aluminio y aleaciones. La velocidad de expansión depende de la concentración y la temperatura de la base.
3. ¿La corrosión tiene algún aspecto positivo?
Aunque la corrosión se considera principalmente un proceso destructivo, en algunos casos puede tener un aspecto positivo. Por ejemplo, en la industria de la galvanización, se utiliza la corrosión controlada para crear recubrimientos protectores en objetos metálicos. Este proceso, conocido como galvanización, puede prolongar la vida útil de los metales y protegerlos contra la corrosión no deseada.
En resumen, la corrosión es un proceso natural que afecta a los metales en diversas formas y puede ser perjudicial en muchas aplicaciones. Sin embargo, en algunos casos, se puede utilizar de manera controlada para obtener beneficios específicos, como la protección de los metales contra la corrosión no deseada.
Manuel Roca S.L., empresa de recubrimientos metálicos.